Thursday, October 09, 2008

Woody y Barcelona


Es una historia de amor tan bonita lo de Woody Allen con Barcelona que , no es de extrañar que los madrileños sintamos envidia.

Viky, Cristina, Barcelona es una película más de su periplo europeo con los conflictos de siempre - sexo, amor, infidelidad etc.- pero que narrados por el genio del neoyorquino, siempre parecen distintos. La película, de hecho, es una sosería total hasta que aparece a los 50 minutos de proyección el volcán Penélope Cruz que está en un proceso de evolución como mujer y como actriz absolutamente sensacional; aquí, se los come a todos.

La preocupación de Allen por mostrarnos Oviedo y Barcelona - que pinta Avilés, metida con calzador ?- hace resentirse una trama por otra parte muy poco creíble.

Barden es un actor de método que ha compuesto grandes personajes: el cubano homosexual Reynaldo Arenas, el Ramón San Pedro que pide la eutanasia o el psicokiller de los Coen, pues bien, aquí se equivoca. Ya se que nadie lo ha criticado ni pretendo ser el más original pero, a mi me parece muy poco creíble que un pintor bohemio tan soso pueda enamorar a tres bellezones. Es la palpable demostración de que a veces los actores de método se equivocan, en su descargo diré que le pasó al mejor del siglo XX, Marlon Brando, en El rostro impenetrable.

Por otra parte, no se como se tomaran los catalanes que el estribillo que suena constantemente de fondo sea un pasodoble satírico sobre Barcelona del madrileño Javier Krahe, o dos temas universales pero con poco seny como El concierto de Aranjuez y Entre dos aguas.

La comedia no la salva ni P, aunque sus enfados son deliciosos. Yo que Woody, en vez de meter a Barden en la cama con Scarlet y Penélope con un toque lésbico excesivamente light, habría metido también a Rebeca Hall que está guapisima, tampoco seria creíble pero tiene que tener un morbo....


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