"Los viajes son en la juventud una parte de educación y, en la vejez, una parte de experiencia". (Francis Bacon),
Visitar Siclia para un cinéfilo puede ser un sueño o una pesadilla. La llegada a Palermo, da igual lo avisado que estés, te da una impresión caótica por la suciedad y el tráfico de una ciudad donde probablemente haya el triple de coches de los que caben. Por fortuna no toda la isla es así.
Sicilia es también la isla más cinematografica de la historia, gracias al cine tenemos la oportunidad de recuperar momentos de nuestra infancia; sería excesivo hablar de tantas películas que tienen que ver con Sicila, por eso me circuncribiré a tres obras maestras que todo el mundo conoce:
Cinema paradiso.
Siguiendo la costa hacia el este se encuentra Cefalú , un precioso pueblo pesquero cuya catedral normanda y sus casitas bañadas por el Tirreno, inspiraron a Giuseppe Tornatore para las escenas de mar de Cinema Paradiso. La música de Morricone, la interpretación de Philippe Noiret, la relación entre el viejo y el niño... todo es pura magia. Esta película es uno de los mejores homenajes que se han hecho al cine. Pura nostalgia de unos tiempos que muchos recordarán con lágrimas en los ojos; es la nostalgia de la niñez, de la juventud, de todo lo que se fue y quedo atrás. Todo sucede en Cefalú, es dificil contar mejor una historia.
El gatopardo.
La obra maestra de uno de mis directores favoritos, el gran Visconti, respira Sicilia por todos lados. Las primeras escenas en Villa Boscogrande con sus palmeras, olivos y cipreses, amén de los bustos de marmol a lo largo del camino, crean el icono perfecto de esa Sicilia decadente. Es una pena que Boscogrande haya sido "engullido" por la expansión desaforada que sufre la caótica ciudad de Palermo. Don Luchino Visconti di Modrone, conde de Lonate Pozzolo, aristocrata y comunista rodaba siempre en escenarios naturales y con atrezzo autentico. El Palazzo Valguarnera-Gangi que se erige majestuoso y barroco en la Piazza Croce dei Vesprie sirvió de escenario para rodar la gran escena del baile de la película de Visconti. El palacio no está abierto al público, aunque los que puedan permitírselo podrán alquilar la sala de baile, comida y trajes incluidos, para emular el famoso vals que Burt Lancaster y la bellísima Claudia Cardinale bailaron en su salón. las cosas no han cambiado tanto, ya lo dijo el príncipe Fabrizio Di Salina: "Es preciso que todo cambie para que todo siga igual".
El padrino.
Hace poco conocí a una persona que no había visto El padrino, ya se sabe que gente rara hay en todas partes. En contra de lo que se pueda pensar, Corleone es solo un pueblo con un nombre, en realidad los exteriores sicilianos se rodaron en otro pueblo que está a quince minutos de Taormina, se llama Savoca, es lugar de culto para cinéfilos y vive, naturalmente, del turismo que le proporciona la película. Allí se encuentra el Bar Vitelli, que está exactamente como hace 39 años cuando se rodó la escena en la que Michaele Corleone pide permiso al signore Vitelli para entablar relaciones con "buenas intenciones" con la joven Apollonia. Es obligado hacerse una foto sentado en la misma silla o bien con la gorra y la escopeta en bandolera como los guardaespaldas de Michaele... Pídete una Peroni bien fresca; mientras te la bebes, notarás como en tus oidos comienza a sonar una melodía inconfundible.
Palermo, la capital de Sicilia vuelve a ser uno de los escenarios mágicos de la trilogía por excelencia. En El padrino III durante la representación en uno de los teatros más suntuosos de Europa, El Teatro Máximo, Mary Corleone moría abatida por los sicarios que trataban de matar a su padre a la salida de la ópera.
Cine, cine, cine, cine, más cine por favor...cantaba Aute y yo le seguía.
Es mucho lo que Sicilia le debe al cine y el cine a Sicilia pero sería injusto hablar sólo de cine cuando nos referimos a esta isla. Para los amantes de la historia y el arte es dificil encontrar un sitio mejor en menos espacio.Taormina tiene un teatro griego casi sobre el mar y bastante bien conservado que no sabría decir desde que punto es mejor mirarlo; todos son bellisimos. Siracusa es una de las ciudades con más huellas españolas, no en vano salimos de aquí hace sólo ciento cincuenta años, su plaza principal, donde se encuentra la catedral, te invita a quedarte. Tiene el teatro griego más grande y mejor conservado y también la espectacular Oreja de Dionisio y su sorprendente acústica.El barroco lo aprecias en muchos lugares pero en especial en Notto; no encontrarás otra calle igual en el mundo. Ya sabemos que los italianos son exagerados pero dicen, y quizás no le falta razón, que en Sicilia hay más restos de La edad de oro griega que en la propia Grecia. Una buena muestra de ello es Agrigento donde se encuentra El Templo de la Concordia que se conserva muy bien y es una de las más perfectas realizaciones de la arquitectura dórica y también Selinunte con una Acrópolis espectacular.
Si, a pesar de la pésima infraestructura turistica, más propia de la España de los 60', Sicila es algo más que cine.
Visitar Siclia para un cinéfilo puede ser un sueño o una pesadilla. La llegada a Palermo, da igual lo avisado que estés, te da una impresión caótica por la suciedad y el tráfico de una ciudad donde probablemente haya el triple de coches de los que caben. Por fortuna no toda la isla es así.
Sicilia es también la isla más cinematografica de la historia, gracias al cine tenemos la oportunidad de recuperar momentos de nuestra infancia; sería excesivo hablar de tantas películas que tienen que ver con Sicila, por eso me circuncribiré a tres obras maestras que todo el mundo conoce:
Siguiendo la costa hacia el este se encuentra Cefalú , un precioso pueblo pesquero cuya catedral normanda y sus casitas bañadas por el Tirreno, inspiraron a Giuseppe Tornatore para las escenas de mar de Cinema Paradiso. La música de Morricone, la interpretación de Philippe Noiret, la relación entre el viejo y el niño... todo es pura magia. Esta película es uno de los mejores homenajes que se han hecho al cine. Pura nostalgia de unos tiempos que muchos recordarán con lágrimas en los ojos; es la nostalgia de la niñez, de la juventud, de todo lo que se fue y quedo atrás. Todo sucede en Cefalú, es dificil contar mejor una historia.
La obra maestra de uno de mis directores favoritos, el gran Visconti, respira Sicilia por todos lados. Las primeras escenas en Villa Boscogrande con sus palmeras, olivos y cipreses, amén de los bustos de marmol a lo largo del camino, crean el icono perfecto de esa Sicilia decadente. Es una pena que Boscogrande haya sido "engullido" por la expansión desaforada que sufre la caótica ciudad de Palermo. Don Luchino Visconti di Modrone, conde de Lonate Pozzolo, aristocrata y comunista rodaba siempre en escenarios naturales y con atrezzo autentico. El Palazzo Valguarnera-Gangi que se erige majestuoso y barroco en la Piazza Croce dei Vesprie sirvió de escenario para rodar la gran escena del baile de la película de Visconti. El palacio no está abierto al público, aunque los que puedan permitírselo podrán alquilar la sala de baile, comida y trajes incluidos, para emular el famoso vals que Burt Lancaster y la bellísima Claudia Cardinale bailaron en su salón. las cosas no han cambiado tanto, ya lo dijo el príncipe Fabrizio Di Salina: "Es preciso que todo cambie para que todo siga igual".
Hace poco conocí a una persona que no había visto El padrino, ya se sabe que gente rara hay en todas partes. En contra de lo que se pueda pensar, Corleone es solo un pueblo con un nombre, en realidad los exteriores sicilianos se rodaron en otro pueblo que está a quince minutos de Taormina, se llama Savoca, es lugar de culto para cinéfilos y vive, naturalmente, del turismo que le proporciona la película. Allí se encuentra el Bar Vitelli, que está exactamente como hace 39 años cuando se rodó la escena en la que Michaele Corleone pide permiso al signore Vitelli para entablar relaciones con "buenas intenciones" con la joven Apollonia. Es obligado hacerse una foto sentado en la misma silla o bien con la gorra y la escopeta en bandolera como los guardaespaldas de Michaele... Pídete una Peroni bien fresca; mientras te la bebes, notarás como en tus oidos comienza a sonar una melodía inconfundible.
Palermo, la capital de Sicilia vuelve a ser uno de los escenarios mágicos de la trilogía por excelencia. En El padrino III durante la representación en uno de los teatros más suntuosos de Europa, El Teatro Máximo, Mary Corleone moría abatida por los sicarios que trataban de matar a su padre a la salida de la ópera.
Cine, cine, cine, cine, más cine por favor...cantaba Aute y yo le seguía.
Es mucho lo que Sicilia le debe al cine y el cine a Sicilia pero sería injusto hablar sólo de cine cuando nos referimos a esta isla. Para los amantes de la historia y el arte es dificil encontrar un sitio mejor en menos espacio.Taormina tiene un teatro griego casi sobre el mar y bastante bien conservado que no sabría decir desde que punto es mejor mirarlo; todos son bellisimos. Siracusa es una de las ciudades con más huellas españolas, no en vano salimos de aquí hace sólo ciento cincuenta años, su plaza principal, donde se encuentra la catedral, te invita a quedarte. Tiene el teatro griego más grande y mejor conservado y también la espectacular Oreja de Dionisio y su sorprendente acústica.El barroco lo aprecias en muchos lugares pero en especial en Notto; no encontrarás otra calle igual en el mundo. Ya sabemos que los italianos son exagerados pero dicen, y quizás no le falta razón, que en Sicilia hay más restos de La edad de oro griega que en la propia Grecia. Una buena muestra de ello es Agrigento donde se encuentra El Templo de la Concordia que se conserva muy bien y es una de las más perfectas realizaciones de la arquitectura dórica y también Selinunte con una Acrópolis espectacular.
Si, a pesar de la pésima infraestructura turistica, más propia de la España de los 60', Sicila es algo más que cine.
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