Tuesday, November 15, 2011

LA MADRE DE LAS CARRETERAS : ROUTE 66


Ahora que he llegado a los 66 me doy cuenta de la cantidad de cosas que se me han quedado en el camino y de los sueños incumplidos que ya no podré realizar. Uno de ellos consistía en recorrer la Ruta 66 desde Chicago a Los Ángeles, 2.448 millas (3939 Km.), en una Harley.  Ya se que no es nada original, muchos lo soñaron antes que yo y otros tantos lo han llevado a cabo.
La idea me surgió viendo, en 1969 cuando vivía en Londres, la película Easy Ryder, una road movie que hoy está considerada como "cine de culto", aunque para mi está bastante sobrevalorada; pero esos aires de libertad, ese dejarse llevar sin planificar nada, ese vivir al día un montón de experiencias, algunas incluso con riesgo para la vida, era un chute de adrenalina que la naturaleza te reclama cuando eres joven y a la que no es fácil sustraerse.  Jack  Keruac lo relata en su novela En el camino (On the Road), considerada el manifiesto de la beat generation. 
Sobre la Route 66 se han hecho películas, series de TV, canciones, libros y un montón de etcéteras; hoy " La madre de las carreteras" la "Road mother"   no tiene nada que ver con la original porque para ser fiel al recorrido original has de visitar ciudades como Springfield, St Louis, Tulsa, Clinton, Amarillo, Albuquerque, Williams, Kingman o Needles que el progreso ha apartado de la Highway original pero sigue siendo igual de mítica. 
Para ver la importancia de esta carretera no hace falta viajar mucho, en nuestro país tenemos varías ciudades con bares o Pubs que se llaman Ruta 66.
No me gusta nada el American way of life, pero hay algo con lo que me identifico con este pueblo: ese punto infantil que no deberíamos de perder nunca, esa inconsciencia, esa candidez tan absolutamente necesaria para sobrellevar la tragedia de la vida con mejor semblante.


Pongamos que he cumplido 66, ha sido un largo y a veces, como decían Los Beatles, tortuoso camino hasta llegar aquí, pero no todos pueden contarlo, si no has llegado a esta edad, te deseo que llegues y que tu camino sea largo y placentero, porque cuando se llega aquí, uno ya debe de saber distinguir las madreperlas entre la arenisca. Descubrir las perlas es tu cometido, tu experiencia te avala, tu tiempo es más sagrado que nunca, no lo pierdas en estupideces, en frivolidades, que al cabo, te resulten insoportables. 


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